La Deidad: ¿Estamos predestinados? (3 de 4)

¿Estamos predestinados?

Lectura Bíblica: Salmo 139:2

Introducción.


Hemos visto en las semanas anteriores la importancia de la revelación que Dios hace de sí mismo, sobre todo en la Biblia. También repasamos algunas de las características de Dios, basándonos en la forma que tiene de presentarse según el momento lo requiera. Los nombres de Dios nos aportan información de cómo es nuestro Dios. También comenzamos a ver un nuevo tema que hoy vamos a abordar, la soberanía de Dios.

Dentro de la soberanía de Dios, entendemos su trascendencia, que hace todo según su voluntad, sin que nadie se lo impida. De ahí la expresión “Si Dios quiere”, como vimos en los escritos de Pablo y Santiago.

La predestinación y la libertad humana.


De lo visto hasta aquí, se podría llegar a una conclusión errónea. Calvino cayó en ella, y otros muchos lo siguieron en esto. Estamos hablando de la predestinación. Si Dios es soberano y hace su voluntad en todo sin que nadie se lo impida, entonces cabe pensar que nuestros destinos están marcados por la voluntad divina. A este razonamiento se le añaden un par de versículos en la Biblia que parecen apoyarlo, y ya está la doctrina de la “predestinación”. Pero esto no es así.

La Biblia revela que Dios ejerce control pleno sobre el mundo. Según Romanos 8:29, 30 Dios predestinó a los seres humanos “para que fuesen hechos conforme a la imagen de su Hijo”, a fin de adoptarlos como sus hijos, y en calidad de tales, poder recibir una herencia (Efe. 1:4, 5, 11), la vida Eterna.

Entonces surge una pregunta. ¿Cómo afecta al hombre esta soberanía? El verbo predestinar significa “determinar de antemano”. Algunos piensan que Dios escoge a unos para la salvación y a otros para la condenación, por su soberanía, sin tener en cuenta la voluntad del propio hombre ni sus elecciones. Sin embargo veremos que Dios no excluye a nadie del reino de los cielos de forma caprichosa.

Cuando se habla de este tema, se suele ver de forma exclusiva, es decir, que Dios excluye a unos para que no entren en la Salvación, mientras que a otros los preserva, hagan lo que hagan. Pero el significado de estos textos es inclusivo y no exclusivo. Dios quiere que todos sean salvos, “y vengan al conocimiento de la verdad” (1 Tim. 2:4). Según 2 Pedro 3:9 Dios “es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento”.

No hay evidencia en los Evangelios de que Dios haya hecho una “selección” de personas para que se pierdan. Tal cosa haría del Calvario algo incompleto, pues entonces Jesús no habría muerto por todos. Tampoco tendría sentido Juan 3:16, puesto que “Todo aquel que en Él cree” incluye a cualquiera que se acerque a Cristo. Esto indica que cualquiera puede ser salvo.

En muchos pasajes de la Biblia, Dios presenta de continuo las consecuencias de la obediencia y la desobediencia. Por ejemplo, Deuteronomio 30:19 dice: “Al cielo y a la tierra pongo hoy como testigos contra vosotros de que he puesto ante ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge, pues, la vida para que vivas, tú y tu descendencia”. O en Josué 24:15: “Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis”. Dios da a escoger entre el bien y el mal, la obediencia y la desobediencia. Dios respeta la libertad del ser humano.

Es más, contradiciendo la doctrina de la predestinación, la Biblia enseña que los que ya han recibido el don de la Salvación, aún pueden caer y perderse. Como dice Pablo en 1 Corintios 9:27 “Más bien, pongo mi cuerpo bajo disciplina y lo hago obedecer; no sea que, después de haber predicado a otros, yo mismo venga a ser descalificado.” Mirad lo que les dice a cierto grupo de creyentes de Galacia: Gálatas 5:4 “Vosotros que pretendéis ser justificados en la ley, ¡habéis quedado desligados de Cristo y de la gracia habéis caído!” Otros textos son Hebreos 6:4-6; 10:29.

Otra cosa es pensar en la omnisciencia de Dios. Dios lo sabe todo, de antemano, y eso quiere decir que ya sabe quién va a ser salvo y quién no, pero no porque él lo decida así, sino porque “(Salmo 139:2) Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; Has entendido desde lejos mis pensamientos”. Dios no toma la decisión, sino el hombre. Cuando Pablo fue llamado al servicio, ¿qué pregunta se le hizo? Hechos 22:16 “Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre”.

En Juan 1:12 leemos lo siguiente: “Pero a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio derecho de ser hechos hijos de Dios”. No dice “a los que Él escogió”. A todos los que le recibieron. En Efesios 1:4 “Asimismo, nos escogió en éldesde antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él. 5 En amor nos predestinó por medio de Jesucristo para adopción como hijos suyos, según el beneplácito de su voluntad, 6 para la alabanza de la gloria de su gracia, que nos dio gratuitamente en el Amado. 7 En él tenemos redención por medio de su sangre, el perdón de nuestras transgresiones, según las riquezas de su gracia 8 que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría y entendimiento. 9 Él nos ha dado a conocer el misterio de su voluntad, según el beneplácito que se propuso en Cristo, 10 a manera de plan para el cumplimiento de los tiempos: que en Cristo sean reunidas bajo una cabeza todas las cosas, tanto las que están en los cielos como las que están en la tierra”.

2 Pedro 3:9 El Señor no tarda su promesa, como algunos la tienen por tardanza; más bien, es paciente para con vosotros, porque no quiere que nadie se pierda, sino que todos procedan al arrepentimiento.

Pero aún queda un texto más, que puede ser tropiezo. Romanos 9:13 dice “A Jacob amé, y a Esaú aborrecí”. Esto parecería confirmar de nuevo la teoría de la predestinación. Otro texto es cuando en Éxodo leemos que “endureció el corazón de Faraón”. Esta porción de Romanos 9, especialmente el versículo 18, donde leemos: “De manera que de quien quiere, tiene misericordia; pero a quien quiere, endurece”, no se refiere a “Salvación”. Hemos visto que la Salvación está disponible para todos. Entonces, ¿a qué se refiere Pablo en este pasaje? Al concepto de Misión. Dios llama a todos para ser salvos, pero sí que ejerce su arbitrio a la hora de llamar a unos o a otros para ejercer un ministerio especial, o que cumplan tareas especiales. La salvación estaba tanto al alcance de Jacob como de Esaú, pero Dios escogió a Jacob para establecer la nación de la cual nacería el Mesías.

Respecto al Faraón, Dios le dio oportunidad de dejar marchar al pueblo de Israel. Pero cuantas más oportunidades se le dieron, más obstinado se volvió Faraón. Se endureció su corazón aún más cada vez. Se afirmó cada vez más en su negativa. Dios “endureció” el corazón de Faraón, no para que dijese “no dejo ir a Israel”. Dios “endureció” el corazón de Faraón al darle la libertad de escoger 10 veces, y mostrando así, cada vez con más terquedad el propósito de Faraón. El hecho de tener 10 oportunidades demuestra que Dios respetó la libertad de Faraón, hasta ver que no había más posibilidades (se endureció su corazón).

La presencia Divina y la libertad humana.


Por otro lado, están los que piensan que Dios conoce ciertos acontecimientos importantes del futuro, como la segunda venida, etc., pero que no sabe quién va a ser salvo y quién no. Es decir, que Dios no conoce qué elecciones va a hacer cada ser humano, hasta que se materializan. Se realizan conjeturas de si Dios realmente lo sabe todo, “desde la eternidad hasta la eternidad”. Pero esto no afecta el curso de la Historia. Dios respeta la libertad y el curso de la historia. Y esto en ninguna manera viola la libertad del hombre.

Conclusión.


Hemos visto hoy una característica de la Deidad. Dios, siendo Omnipotente y Omnisciente, se ha limitado a sí mismo al respetar nuestra libertad de elección, aún sabiendo de antemano cuáles van a ser los resultados de nuestras decisiones. Hemos visto que Dios escogió a toda la raza humana para ser salva, ese era el plan desde el Edén, crear una raza de seres en este planeta en perfecta armonía con el cielo. Y después de la caída de Adán y Eva, ese seguía siendo el Plan, poner la redención al alcance de Todos.

Por otro lado, Dios se reserva la arbitrariedad de escoger a ciertas personas, por sus características o cualidades para realizar ciertas tareas específicas. Es en ese contexto en el que Pablo desarrolla los textos que algunos toman para defender la idea de Predestinación, y vemos que es en un sentido distinto.

La próxima semana intentaremos averiguar cuál es la dinámica de trabajo dentro de la Deidad. Cómo se relacionan las tres personas de la Trinidad. Es interesante ver qué cualidades tienen esas relaciones “internas” de la divinidad.

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